Sant Jordi ¿Una leyenda de niños?
Por: Adriá Ballester
Es lunes, me despierto, me ducho, desayuno y me limpio los dientes como todos los días. Compruebo que llevo la cartera y las llaves antes de salir de casa y cojo el ascensor. Por fin hace un día soleado y como cada lunes, me da un poco de pereza empezar la semana aunque lo hago con ilusión.
Hoy Barcelona está un poco diferente, a las 8 de la mañana ves a dos hombres con flores en las manos, parecen rosas están envueltas en plástico transparente. ¡Miro el móvil y me doy cuenta de que hoy es un día muy especial… es Sant Jordi!
Automáticamente se dibuja una sonrisa en mi cara al recordar aquellos años de niño en el que celebrábamos los “Jocs Florals” en el colegio, que no dejaba de ser un concurso de poesía en el que todos los niños y niñas del colegio tenían que participar y que cuyo premio era una rosa con un olor intenso a naturaleza y un libro, que al abrirlo olía a nuevo.
Y es que la leyenda explica que hace muchos años había un dragón que vivía cerca de un pueblo que cada día se comía a una persona de este, y un día era el turno de la princesa. El pueblo estaba muy preocupado y un joven guerrero se armó con su caballo, cogió su lanza se llenó de valentía, fuerza y valor y fue a cazar al dragón. ¡Después de una lucha muy muy dura el dragón cayó herido al suelo y de su sangre salieron rosas rojas! El nombre de este guerrero era “Jordi” y por eso este día lleva su nombre. Es por eso que ese día las mujeres reciben rosas de los hombres, porque simbolizan las rosas que nacieron de la sangre del dragón.
Es interesante como un simple recuerdo puede hacer que vuelvas a ser “el niños que eras” y es que a veces prestamos demasiada atención a nuestros grandes objetivos en la vida y muy poca a los pequeños detalles del día a día. Se nos olvida la importancia de conectar con nosotros mismos.
Después de conocer la leyenda no es necesario explicar el motivo por el cual muchos niños hemos querido ser Jordi en algún punto de nuestras vidas. Y lo cierto es que ese joven guerrero cogió su mejor armadura, afiló su lanza y se dirigió velozmente hacía el dragón, que era su mayor miedo. Está claro que se trata de una leyenda, y que, aunque vayamos a buscar a un dragón para matarlo difícilmente encontraremos uno, pero, ¿Y si el dragón de Sant Jordi representa los miedos a los que nos enfrentamos día tras día? ¿Y si la princesa es aquel sueño que siempre hemos querido, pero por el que nunca hemos luchado? ¿Y si el dragón es nuestro mayor obstáculo para conseguir nuestros sueños? o peor ¿Y si nosotros somos el dragón?.
* Adrià Ballester
Coach Comercial Certificado –